12/6/2012. El uso cotidiano de las palabras hace que en muchos casos se vicie su significado y acabe desvirtuándose casi por completo. De vez en cuando es conveniente hacer el esfuerzo para devolver a las palabras su sentido original o, al menos, recorrer el camino de vuelta hacia su etimología.
En el ámbito de las ciencias marinas tenemos unos cuantos ejemplos de esa confusión en la que entran los conceptos. Hace algunos años Gregorio Parrilla le puso un notable esfuerzo a esta cuestión y cada cierto tiempo enviaba un correo electrónico a su lista de contactos tratando de aclarar algunas de estas posibles confusiones que él detectaba. Aquí retomaremos alguna de sus propuestas y también otras de nuestra propia cosecha.
Hoy toca el turno a tres conceptos claramente relacionados con el medio marino, aunque con sentidos diferenciados: marino, marinero y marítimo. Como punto de partida, podemos extraer lo que indica la RAE sobre cada uno de ellos:
marino: adjetivo, relativo al mar.
marinero: adjetivo, dicho de una embarcación: que posee las características necesarias para navegar con facilidad y seguridad en todas circunstancias. En su segunda acepción recoge también un significado como adjetivo, relativo a la marina o a los marineros.
marítimo: adjetivo, relativo al mar.
La diferencia resulta bastante clara entre marinero por un lado y por otro lado marino y marítimo, aunque no queda nada clara la diferencia entre estos dos últimos. El uso de cada uno de ellos, marino y marítimo, puede ser lo que nos permita distinguirlos. Como marítimo tenemos una avenida, un parque, un museo, conceptos que intuitivamente cambian de sentido si en lugar de marítimo dijésemos que son marinos. En este mismo sentido, como marino tenemos un buen número de animales con réplica terrestre (elefante marino, vaca marina, tortuga marina) y no parece adecuado decir elefante marítimo ni tortuga marítima.
Por tanto, de acuerdo al uso que damos a marino y marítimo, podemos proponer que marino es aquello vinculado al mar que se encuentra dentro de él, mientras que lo marítimo se encuentra fuera de él. El oso polar, por ejemplo, lleva por nombre científico Ursus maritimus, lo que indicaría que desarrolla su vida vinculado al mar pero fuera de él, algo similar a lo que ocurre con el Juncus maritimus.
Lo bueno de todo esto es que es opinable y matizable. ¿Te animas?
Francisco Machín.